sábado, 4 de febrero de 2012

Romanticismo

El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido (Gran Bretaña e Irlanda del Norte) a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. Su característica fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas.

    Lírica Romántica
    Lírica: es la expresión del mundo interior del poeta (viene de la edad clásica).
    La lírica romántica es un reflejo de la literatura de la época, en el sentido de que los TEMAS que toca son la reivindicación de la libertad, la subjetividad, la exaltación del “yo” y el ansia de realización del individuo en una sociedad no burguesa (lo que le lleva al mayor desprecio de las normas, del dinero y de la vida y a ser más generoso).
Características
  • La exaltación del “yo”
  • Identificación de la Naturaleza con los estados de ánimo del ánimo
  • Identificación del poeta con su obra 
  • Presencia del elemento religioso 
  • Presencia de elemento metafísico
  • Imágenes sensoriales
  • Cromatismo
  • La Polimetria
A continuación vida y obra de Juan Antonio Perez Bonalde en la lírica romántica

JUAN ANTONIO PEREZ BONALDE
JUAN ANTONIO PEREZ BONALDE

El 4 de octubre de 1892 muere en La Guaira el poeta de «La Vuelta a la Patria», el poeta de Caracas, Juan Antonio Pérez Bonalde. 
Pérez Bonalde nació en Caracas en 1846, el 30 de enero. Fue el noveno hijo del matrimonio integrado por Juan Antonio Pérez Bonalde y Gregoria Pereyra. Huyendo de la guerra federal, la familia Pérez Bonalde se traslada a Puerto Rico (1861). Para sostenerse, fundan un Colegio, donde el joven poeta, de quince arios, se desempeña como Profesor. ¿Qué formación tiene Pérez Bonalde para ese entonces? Felipe Tejera dice que se había dedicado especialmente al estudio de la música, el dibujo e idiomas extranjeros. 
Poseía también conocimientos prácticos. En la isla de Santomas (a la que se trasladó la familia desde Puerto Rico), Pérez Bonalde se emplea como tenedor de libros. En 1864, pacificado el país, los Pérez Bonalde retornan a Caracas y planifican otro colegio, semejante al de Puerto Pico. La muerte repentina del padre aborta el proyecto. Entre 1864 y 1870 Pérez Bonalde vive en Caracas. Trabaja como puede para ganarse la vida. Interviene en política con el Partido Liberal. 

En 1870 llega a la primera magistratura el General Guzmán Blanco, de quien Pérez Bonalde es enemigo político. El poeta se va de Venezuela en aquel año de 1870. Vuelve por poco tiempo en 1876, y no regresa definitivamente hasta 1889, llamado por el gobierno del Dr. Raimundo Andueza Palacio. En estos dieciocho años largos, su centro de operaciones es Nueva York. Se emplea en la casa Lenman y Kemp-Barclay y Cía., y viaja por casi todo el mundo como representante de esta firma. Tiene oportunidad de aprender idiomas y de perfeccionar los que ya sabe. Se convierte en un extraordinario políglota y en excepcional traductor de poesía. 
En 1879 se casa con Amanda Schoonmaker. La unión de esta pareja es desafortunada. En el dolor del exilio, nace una hija, Flor. El poeta concentra en ella sus afectos y alegrías. Le espera, sin embargo, un rudo golpe. La niña fallece en 1883. De esta trágica circunstancia brota esa conmovedora elegía que lleva por título Flor. 
Sus lecturas, su vida errante, su aguda sensibilidad, ciertos aconteceres aciagos, todo lo va conduciendo al escepticismo. A partir de aquel trágico 1883, no vuelve a publicar libros de poesía propia. Sólo sus grandes traducciones, las de Heine y Poe. Busca escaparse de la realidad, ya no por el paisaje poético, sino por la puerta falsa del alcohol y de las drogas. Su salud comienza a resentirse. Quienes lo conocen y lo tratan, como José Martí, advierten en él un aire de melancolía profunda, y de tedio vital. Poco a poco llega a los límites del nihilismo. A la total incredulidad, a una falta de fe en el presente y en el porvenir. Testimonio son estos párrafos de su libro de Memorias, dados por el poeta a la prensa caraqueña: 

Muchos años han pasado desde la última vez que dejé un recuerdo de vida en estas páginas.
Y ¿qué he conseguido, qué he alcanzado durante este largo transcurso del tiempo?. . 

Lo que alcanzaría el hombre que viviese mil años; lo que ha alcanzado la humanidad desde su misterioso principio hasta el presente: NADA! 

En 1889, bastante quebrantado de salud, regresa definitivamente a Venezuela. El gobierno de Andueza Palacio le ofrece un cargo diplomático. El poeta accede. Se embarca con rumbo a la ciudad de Amberes. Pero se siente tan enfermo que regresa desde Curazao. En vano intenta buscar salud en las aguas termales de San Juan de los Morros y luego en La Guaira. Una hemiplejia agrava su situación. Y el 4 de octubre de 1892 fallece en La Guaira. Once años después (1903) sus restos son trasladados a Caracas en medio de solemnes honras fúnebres. Y desde 1946, centenario de su nacimiento, sus cenizas reposan en el Panteón Nacional 

FLOR
I

Flor se llamaba: flor era ella,
flor de los valles en una palma,
flor de los cielos en una estrella,
flor de mi vida, flor de mi alma.

Era más suave que blando aroma;
era más pura que albor de luna,
y más amante que una paloma,
y más querida que la fortuna.

Eran sus ojos luz de mi idea;
su frente, lecho de mis amores;
sus besos eran dulzura hiblea,
y sus brazos, collar de flores.

Era al dormirse tarde serena;
al despertarse, rayo del alba;
cuando lloraba, limbo de pena;
cuando reía, cielo que salva.

La de los héroes ansiada palma,
de los que sufren, el bien no visto,
la gloria misma que sueña el alma
de los que esperan en Jesucristo.

Era a mis ojos condena odiosa
si comparada con la alegría,
de ser el vaso de aquella rosa,
de ser el padre de la hija mía.

Cuando en la tarde tornaba al nido
de mis amores, cansado y triste,
con el inquieto cerebro herido
por esta duda de cuanto existe.

Su madre tierna me recibía;
con ella en brazos, yo la besaba..
. ¡Y entonces... todo lo comprendía
y al Dios sentido todo lo fiaba!...

¿Que el mal impera? ¡Delirio craso!
¿Que hay hechos ruines? ¡Error profundo!
¿No estaba en ella mirando acaso
la ley suprema que rige al mundo?

¡Ah, cómo ciega la dicha al hombre!
¡Cómo se olvida que es rey el duelo,
que hay desventuras sin fin ni nombre
que hacen los puños alzar al cielo!...
¡Señor!, ¿existes? ¿Es cierto que eres
consuelo y premio de los que gimen,
que en tu justicia tan sólo hieres
al seno impuro y al torvo crimen?

Responde, entonces: ¿por qué la heriste?
¿Cuál fue la mancha de su inocencia?
¿Cuál fue la culpa de su alma triste?
¡Señor!, respóndeme en la conciencia.

Alta la llevo siempre, y abierta,
que en ella negro nada se esconde;
la mano firme llevo a su puerta,
inquiero... y ¡nada, nada responde!

Sólo del alma sale un gemido
de angustia y rabia, y el pecho, en tanto,
por mano oculta de muerte herido,
se baña en sangre, se ahoga en llanto.

Y en torno sigue la impía calma
de este misterio que llaman vida,
y en tierra yace la flor de mi alma
¡y al lado suyo mi fe vencida!

II

¡Allí está! Blanca, blanca,
como la nieve virgen que el potente
viento del Norte de la cumbre arranca;
como el lirio que troncha mano impía
orillas de la fuentes
que en reflejar su albura se engreía.

¡Allí está!... La suave
primavera pasó; pasó el verano,
y la estación poética en que el ave
y las hojas se van; retornó el cano,
pálido invierno, con su alegre arreo
de fiestas y niños, y aún la veo
y la veré por siempre... Allí está..., fría
entre rosas tendida, como ella
blancas y puras y en botón cortadas
al despuntar el día...

¡Ay! En la hora aquella,
¿dónde estaban las hadas
protectoras del niño
que no vinieron con la clara estrella
de su vara de armiño
a tocar en la frente a la hija mía,
a devolver la luz a aquellos ojos
y a arrancar de mi pecho los abrojos
de esta inmensa agonía,
de este dolor eterno, de esta angustia
infinita, fatal, inmensurable;
de este mal implacable,
que deja el alma mustia
para siempre jamás, que nada alcanza
a mitigar en este mundo incierto?

¡Nada! Ni la esperanza
ni la fe del creyente
en la ribera nueva,
en el divino puerto
donde la barca que las almas lleva,
habrá de anclar un día;
ni el bálsamo clemente
de la grave, inmortal filosofía;
ni tú misma, doliente
inspiración, divina poesía,
que esta arpa de lágrimas me entregas
para entornar el salmo de mi duelo...
Tú misma, no, no llegas
a calmar mi dolor...

¡Abrase el cielo!
¡Desgájese la gloria en rayos de oro
sobre mi frente..., y desdeñosa, altiva,
de su mal sin consuelo
al celestial tesoro
el alma mía cerrará su puerta;
que ni aquí ni allá arriba,
en la región abierta
de la infinita bóveda estrellada,
nada hay más grande, nada
más grande que el amor de mi hija viva,
¡más grande que el dolor de mi hija muerta!
 ¡más grande que el dolor de mi hija muerta!

La Novela Romàntica

Características:
  • El idilio 
  • La naturaleza como marco del Idilio 
  • Color loca (regionalismo) 
  • Huida parcial o total 
  • Elementos autobiográfico 
  • Exaltación del Yo (el autor tiende a confundir con el protagonista) 
  • Temas: amor, muerte, naturaleza y la religión 

Novelas del Romanticismo: 
La novela más popular durante la época del romanticismo fue María (1867), escrita por el autor colombiano Jorge Isaacs. El tema de esta novela es el amor imposible y la pasión trágica. El joven Efraín narra esta historia y relata con gran emoción como se enamora con la bella muchacha María y la felicidad que encuentra con ella. Predomina el espíritu trágico, sin embargo, porque María sufre de epilepsia y no puede casarse con Efraín por su fragilidad. Al fin Efraín vuelve al pueblo y descubre que su querida María ya ha fallecido; su amor, sin embargo, todavía dura. Se notan claramente la vitalidad de los personajes y las fuerzas emotivas que los controlan, demostrando el sentimentalismo que evoca la historia romántico.



BIOGRAFIA DE JORGE ISAACS

        Jorge Isaacs

El padre de Jorge Isaacs era George Henry Isaacs, un judío inglés procedente de Jamaica, que se instaló primero en el Chocó, donde se enriqueció con la explotación minera aurífera y el comercio con Jamaica, y después en Cali, donde era dueño de 12.500 hectáreas. Allí, tras convertirse al cristianismo y obtener la ciudadanía colombiana, se casó con Manuela Ferrer Scarpetta, hija de un oficial de la Marina española llamado Carlos Ferrer. De la unión de ambos nació, en 1837, Jorge Isaacs. Su padre fue propietario de tres haciendas cerca de Cali, llamadas "La Manuelita", "Santa Rita" y "El Paraíso" o la casa de la sierra. Ésta última, propiedad de la familia entre 1855 y 1858, será el escenario de la obra más importante del escritor, su novela María. "El Paraíso" está conservado hoy día como museo, con numerosas referencias a esta novela.

Se sabe poco de su infancia: se educó primero en Cali, luego en Popayán, y por último en Bogotá, entre 1848 y 1852, durante los años de gobierno de José Hilario López. En su poesía, Isaacs evoca el Valle del Cauca como el espacio idílico en que transcurrió su infancia, y la marcha a Bogotá debió suponer para él un paso difícil. Regresó a Cali en 1852, parece ser que sin haber terminado sus estudios de bachillerato. En 1854 luchó en las campañas del Cauca contra la dictadura del general José María Melo, por espacio de siete meses. Su familia atravesó por entonces una difícil situación económica a causa de la guerra civil. En 1856 se casó con Felisa González Umaña, que contaba por entonces catorce años y le dio abundante descendencia.

Isaacs intentó dedicarse al comercio, sin demasiado éxito y probó suerte con la literatura. Sus primeros poemas datan de los años 1859-1860; en la misma época, emprende la escritura de varios dramas históricos. En 1860 tomó de nuevo las armas para combatir al general Tomás Cipriano de Mosquera, quien se había levantado contra el gobierno central, y combatió en la batalla de Manizales. En 1861 murió su padre; terminada la guerra, Isaacs regresó a Cali para encargarse de los negocios paternos, llenos de deudas. Tuvo que desprenderse de las haciendas "La Rita" y "La Manuelita".

Sus desventuras económicas le llevaron en busca de abogados a Bogotá, donde encontró eco su actividad literaria. Leyó sus poemas a los miembros de la tertulia "El Mosaico", quienes decidieron costear su publicación (Poesías, 1864). En 1864 supervisó los trabajos del camino de herradura entre Buenaventura y Cali; durante el año en que desempeñó este trabajo, comenzó a escribir su novela María. En esta época también, debido a lo insalubre del clima, contrajo el paludismo, enfermedad de la que terminaría por morir a los 58 años de edad. María se publicó finalmente en 1867, y tuvo un éxito inmediato además fue traducida a 31 idiomas, tanto en Colombia como en otros países de Latinoamérica. Isaacs se convirtió en una figura muy conocida en su país, y dio comienzo a una dilatada carrera periodística y política. Como periodista, dirigió en 1867 el diario La República, de orientación conservadora moderada, donde publicó artículos de tema político.

Militó al principio en el partido conservador, pero después se unió al partido radical y, en 1870, fue nombrado cónsul general en Chile. A su regreso, intervino activamente en la política del Cauca, tanto como editor de periódicos como representando a su departamento en la Cámara de Representantes. Intervino de nuevo en las luchas políticas de 1876, en las que tomó de nuevo las armas. Fue expulsado de la Cámara de Representantes en 1879, a raíz de un incidente en que Isaacs, ante una sublevación conservadora, se proclamó jefe político y militar de Antioquia. Tras este incidente, se retiró de la política, y publicó, en 1881, el primer canto de un extenso poema que no llegó a concluir, titulado Saulo. Nombrado secretario de la Comisión Científica, exploró el departamento de Magdalena, en el norte de Colombia, hallando importantes yacimientos de carbón, petróleo y hulla. Los últimos años de su vida los pasó retirado en la ciudad de Ibagué (donde había dejado alojada su familia años antes), en el estado de Tolima, proyectando una novela histórica que habría de ser su obra maestra y que jamás llegó a escribir. Murió en Ibagué el 17 de abril de 1895, siendo su última voluntad que su cadáver fuera enterrado en Medellín, la tierra de Córdova a la que había dedicado uno de sus poemas; no obstante, siempre expresó su amor por el Cauca: «¡Sí, mucho amo al Cauca, aunque es tan ingrato con sus propios hijos!»

SÍNTESIS ARGUMENTAL

Enmarcada por la espléndida geografía del Valle del Cauca, en épocas pasadas floreció la hacienda «El Paraíso». Allí, rodeados por la bondad de sus padres y tíos, crecieron dos jovencitos de nombres Efraín y María, primos hermanos, quienes desde su más tierna infancia se hicieron inseparables compañeros de juego y alegría. Muy pronto, sin embargo, el camino de los dos primos se separó. Efraín, alcanzada la edad necesaria para emprender una sólida educación, fue enviado por sus padres a la ciudad de Bogotá, en donde, tras seis años de esfuerzo, consiguió coronar sus estudios de bachillerato. María, entre tanto, lejana ya a las delicias de la infancia, se había convertido en una bellísima muchacha, cuyas dotes y hermosura encandilaron al recién llegado bachiller. Ciertamente, la sorpresa del muchacho fue compartida. También María se sintió vivamente impresionada ante las maneras y el porte de su primo, y aquella mutua admiración dio tránsito a un vehemente amor que se apoderó de sus corazones, sin que ellos mismos pudieran comprenderlo sino sentirlo.
El cariño de los jóvenes progresó dulcificado por las bondades de su medio y muy pronto, a pesar de que ellos quisieron ocultarlo, los ojos de sus mayores recabaron en este mutuo afecto. Entonces, una sombra dolorosa se interpuso entre los dos enamorados. Los padres de Efraín, quienes abrigaban un vivísimo amor por su sobrina, no podrían olvidar una penosa circunstancia que señalaba indefectiblemente su destino. Tal como su madre, muerta bastante tiempo atrás. María daba muestras de padecer una dolorosa enfermedad. Aquella dolencia, que llevara a la muerte a quienes la padecieran, tarde o temprano, empezaba a notarse en el semblante juvenil de la muchacha. Ningún alivio era suficiente, y aunque el ánimo de los buenos señores se inclinara favorablemente al amor de los muchachos, la posibilidad, casi indudable, de la muerte temprana de María, los obligaba a oponerse.
A pesar de ello, sus acciones no revistieron crueldad o torpeza. Todo lo contrario: el padre llamó a Efraín a su lado y sin mostrar señal alguna de su íntima determinación, lo instó a viajar a la lejana Europa a fin de adelantar estudios superiores de medicina. Aquella solicitud conturbó el ánimo de la enamorada, quien veía con profundo pesar la forzosa distancia que entre los dos pudiera interponerse. Sin embargo, la voluntad paterna fue determinante y tras una serie de obstáculos y aplazamientos que llenaron de felicidad el corazón de los amantes, Efraín enderezó sus pasos rumbo a Londres. El dolor de los primeros tiempos de separación fue mitigado por las incontables cartas que los muchachos se enviaban.

Muy pronto, Efraín resintió las dilaciones y tardanzas de su amada. Y cuando esta situación más lo mortificaba y ofendía, supo por boca de un amigo recién llegado a Inglaterra que la joven María había sido postrada por una dolorosa enfermedad que la amenazaba cruelmente y que requería su presencia. Inauditos fueron entonces los dolores de Efraín tratando de encontrar vías inmediatas para su desplazamiento desde Europa. Las enormes distancias y la lentitud de los transportes se erigía como otras tantas lanzas que mortificaban su corazón. Días y días se sucedían, sin que la añorada patria asomara en el horizonte. Llegaron después tras penalidades: la travesía de ríos y montañas, los accidentes, las lluvias, la crueldad de la naturaleza que inconmovible asistía a los agónicos esfuerzos del enamorado. Cuando ya Efraín consiguió descabalgar en tierras de «El Paraíso» y saludó emocionado a sus padres, por el semblante de aquellos adivinó la verdad: sus esfuerzos fueron vanos. La amada no pudo aguardar su llegada y con su nombre entre los labios falleció; antes había dejado de recuerdo sus trenzas para Efraín. La desesperación de Efraín lo condujo hasta el pie de la tumba de María, en donde los recuerdos de las alegrías pasadas le llevaron hasta la postración. Finalmente, incapaz de soportar la vida en medio del maravilloso valle que fuera escenario de su amor y que lo inundaba cada instante con su alud de recuerdos y emociones, Efraín decidió abandonar para siempre la tierra de sus mayores y se adentró en lo desconocido.

ALGUNOS PERSONAJES

EFRAÍN, joven protagonista de la novela, enamorado de María; luego de comprometerse en matrimonio con ella viaja a Europa para concluir sus estudios de medicina. Cuando regresa, ve frustradas sus ilusiones al encontrar que María sucumbió a la enfermedad y ha fallecido en su ausencia.

MARÍA, prima del protagonista, hija de Salomón, judío de Jamaica quien, antes de morir, la había dejado bajo el cuidado del padre de Efraín. Sufre de epilepsia, la misma enfermedad que terminó con la vida de su madre: Con la separación de Efraín se debilitan sus fuerzas y muere antes de que éste regrese de Europa.

EL PADRE, bondadoso hacendado del Valle del Cauca, en cuya casa permanece María bajo su cuidado. Es quien dispone el viaje de su hijo Efraín a Europa para continuar los estudios de medicina; razón que acarrea el destino trágico de la obra con la temprana muerte de la protagonista.

LA MADRE, era una buena mujer, la típica esposa tradicional, con un carácter sumiso. Su presencia en la novela simboliza prudencia y buenos consejos en los momentos más adversos vividos por la familia.

EMMA, es la hermana de Efraín y confidente de los enamorados. Siempre dispuesta a crearles momentos propicios y a servirles de consuelo en las dificultades; es la encargada de entregar las trenzas de María a Efraín, cuando éste regresa de Europa y encuentra que su novia ha muerto.

FELICIANA, negra aya de María, que en el pasado tuvo el nombre de Nay. Era hija de un guerrero achanti del África, pero capturada por uno traficantes, fue conducida a América en calidad de esclava.

ESTEFANÍA, negrita de doce años, hija de esclavos que sirve en la casa. Tiene un afecto fanático por María.

CAMILO, criado de la familia de Efraín enviado a Cali por correspondencia que esperaban.

EL CURA, anciano religioso que oficia la boda de Tránsito y Braulio.

SEÑOR "A", caballero con quien viaja Efraín a Europa y quien le da la noticia de la gravedad de María.

MAGMAHU, guerrero achanti padre de Nay (Feliciana).

SAY TUTO KUAMINA, rey achanti a cuyo servicio estuvo Magmahú.

ORSUÉ, caudillo de los achimis, muerto por Magmahú.

SINAR, hijo del anterior y esposo de Nay. Luego de ser capturado por unos traficantes es separado para siempre de su mujer, con quien ha tenido un hijo, el negrito Juan Ángel.

WILLIAM SARICK, irlandés, dueño de la casa donde fue dejada Nay (Feliciana) por los traficantes en calidad de esclava.

GABRIELA, mujer del anterior. Nay encuentra en ella consuelo por la pérdida de su esposo y buen consejo en la desesperación.

EL YANKEE, americano que intenta comprar a Nay para llevarla a su país, donde el hijo de ésta será esclavo por siempre.

Características de la Novela Romántica Hispanoamericana presentes en María

1. El Idilio
La novela sentimental romántica se caracteriza por tener como soporte básico el desarrollo del idilio en sus diferentes alternativas en medio de un clima sentimental.

En María la trama es sencilla. Se presentan los amores de dos adolescentes: Efraín y María, en una forma inocente e idílica, hasta que son interrumpidos por la muerte de la protagonista. Los hechos son desarrollados en forma lineal y, el narrador lo hace en primera persona.

2. La exaltación del yo
Uno de los rasgos definitorios del Romanticismo es la presencia del yo. En la novela María, al ser el narrador en primera persona, se puede confundir con el autor; sin embargo hay que dejar claro que el protagonista no es Jorge Isaac, sino un personaje ficticio, (ente de papel) (en acepción de Carmen Bustillos) con algunos rasgos personales.

3. La naturaleza como marco del idilio
La idealización del paisaje y el subjetivismo se presentan claramente en la novela: el valle del Cauca, donde el poeta pasó su infancia y juventud, impregnada por alegres recuerdos, es el ambiente natural donde transcurre el idilio y todo está visto a través de las emociones, y en el paisaje se reflejan los estados de ánimo de los personajes. Por eso, si Efraín está contento el paisaje es alegre y si está triste, el paisaje es oscuro, opaco, fúnebre.

4. El sentimiento religioso
Esta característica se refleja en la novela a través del ambiente humano pues existe una especie de bondad en los dueños hacia los esclavos, hombres y mujeres, blancos y negros, viven llenos de amor cristiano; la convivencia es perfecta. Ante el dolor y la alegría siempre está la presencia de Dios.

5. Presencia del color local
Con respecto al costumbrismo, Isaac presenta en su novela aspectos relacionados con la vida de la región del Cauca, tales como costumbres y actividades propias de los campesinos. Para ello, el narrador interrumpe lo referente al idilio y muestra algunos cuadros y episodios realistas.

6. El exotismo romántico
Los románticos comúnmente chocaban con la realidad que los rodeaba y por eso a menudo volvían su mirada hacia países y ambientes remotos, por esto el exotismo se va a reflejar tanto en la poesía como en la novela romántica. En María se introduce el relato exótico de Nay y Sinai donde describe las inhumanas cacerías de negros. También se destaca a nivel del lenguaje, mediante comparaciones y alusiones a detalles y elementos de mundos lejanos.

7. Temas y recursos románticos
En María se desarrollan y se mezclan los cuatro temas fundamentales del romanticismo: el amor, la naturaleza, la muerte y lo religioso. El amor es la base sentimental del relato que tiene como marco y en primer plano una naturaleza idealizada, pero el tema de la muerte va a estar presente, pues ella va a ser motivo de que se quiebre bruscamente el idilio. La muerte se presiente a cada momento mediante anticipaciones y presagios que contribuyen a darle ese clima de tristeza a la novela. El sentimiento religioso cristiano acompaña a los otros aspectos de la obra.

REALISMO LITERARIO


Es un movimiento cultural que se da principalmente durante la segunda mitad del s. XIX en toda Europa. Esta nueva manera de ver las cosas se inicia hacia 1850 en Francia, con la publicación de la revista “Realisme” que define los rasgos más característicos de este movimiento. 

Las novelas realistas se escriben desde los años treinta pero el Realismo como escuela no se consolida hasta la década de los cincuenta, con la Revolución de 1868, en que van tomando cuerpo las posiciones antirrománticas o superadoras del Romanticismo. 

El Realismo literario supuso una ruptura con el Romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales. Los escritores dejaron de centrarse en sí mismos y pusieron su interés en la sociedad, observando y describiendo objetivamente los problemas sociales, y para ello se valieron de la novela. En cuanto a la expresión prefirieron un estilo más sencillo, sobrio y preciso, en el que adquirió relevancia la reproducción del habla coloquial especialmente en los diálogos, es decir, adoptando los niveles de lenguaje adecuados a los personajes, que representaban todos los estratos sociales. La estética del Realismo, fascinada por los avances de la ciencia, intenta hacer de la literatura un documento que pueda servir de testimonio de la sociedad de su época. Por ello describe todo lo cotidiano y prefiere los personajes comunes y corrientes, basados en individuos reales de los que toma nota a través de cuadernos de observación, a los personajes extravagantes o insólitos típicos del Romanticismo. Esta estética propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la objetividad 
Los rasgos fundamentales del Realismo son los siguientes: 
  •  Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y exacta de la realidad 
  • Se opone al Romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo trascendental; aspira, en cambio, a reflejar la realidad individual y social en el marco del devenir histórico. 
  • Hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos, humanos y sociales. 
  • El lenguaje utilizado en las obras abarca diversos registros y niveles de lenguaje, ya que expresa el habla común y se adapta a los usos de los distintos personajes, que son complejos, evolucionan e interactúan influyendo en otros. 
  • Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc. 
  • El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad. 
  • Transmite ideas de la forma más verídica y objetiva posible. 
  • Los Temas 
  • Principalmente están derivados de la mentalidad burguesa: el poder, el dinero, la influencia social o las cuestiones políticas del momento.

MODERNISMO y CRIOLLISMO


Razón del término "Modernista" 

El termino "moderno" se utiliza para nombrar lo que sigue la "moda" de una época, es decir aquello que va de acuerdo con las tendencias de su tiempo. La iniciativa de dar este nombre al movimiento de América Latina partió de Rubén Darío, quien es un articulo sobre Ricardo Contreras publicado en Chile publicado en 1888, califico el estilo de este escritor mexicano como "expresión moderna". Dos años mas tarde, en un comentario sobre una visita realizada a Ricardo Palma, empleo el termino "Modernismo" para calificar el "espíritu nuevo" que movía a un grupo de escritores. 

Rubèn Darìo
Durante un tiempo la denominación fue empleada de una manera peyoritativa, para referirse a la nueva generación de escritores llamándolos decadentes, amanerados y extranjerizantes. El modernismo no recibió el reconocimiento y el respeto publico hasta que Rubén Darío se acredito su legitimidad como movimiento estético con valores propios y con fuerzas renovadoras positivas. 

· Comienzos 

El modernismo literario tuvo su origen en Hispanoamérica, entre los años 1880 y 1914, impulsado en especial por el poeta nicaragüense Rubén Darío. 

Aquí en Hispanoamérica se registro una lenta pero creciente reacción contra las corrientes académicas y románticas, protagonizadas por varios y renombrados escritores como por ejemplo González Prada, Salvador Díaz Mirón, entre otros. 

En el desarrollo del modernismo, es posible identificar los siguientes momentos: 

Iniciación: La primera generación modernista (1882-1896). José Martí y Manuel Gutiérrez Nájera inician un trabajo de actualización de la lengua, principalmente en la prosa, aunque también en el verso, muy fijos al modelo español. 
Josè Martì
Culminación: En 1888, Rubén Darío publica su libro Azul. En esta época ya se habían realizado grandes innovaciones en la palabra poética. Por medio de su obra en Chile, Argentina y España, Darío realiza una tarea excepcional, que consolida el Modernismo como movimiento continental y se convierte en su síntesis más brillante, tanto en América como en España. En 1896 se edita Prosas Profanas, el libro de Darío que oficializa el Modernismo en Hispanoamérica. 

Continuación: La segunda generación modernista. Consagrado Rubén Darío como jefe de la escuela del Modernismo, cuando ya los iniciadores habían muerto prematuramente, los escritores de esta segunda generación continuarían la obra con sus aportes personales. Ellos son, entre otros, Leopoldo Lugones, Ricardo Jaimes Freyre, Amado Nervo, y Julio Herrera y Reissig. 

· Características y Estilo 

En sus comienzos, el estilo modernista fue muy recargado y estuvo dominado por los temas exóticos e indigenistas, pero con el tiempo se fue haciendo cada vez mas depurado y alcanzo expresiones de gran purismo lírico, como las rimas de Juan Ramón Jiménez. 

Los temas preferidos por los poetas modernistas reflejaban el mundo intimista y subjetivo del autor, así como una atracción por lo original e insólito y cierta carga de melancolía. 

El poeta sentía una absoluta necesidad de evadirse hacia paraísos idílicos y una gran añoranza del pasado mítico y legendario, sentimientos que solían acompañarse del culto por la belleza y lo erótico y del rechazo del mundo real. 

Es muy frecuente la alusión de culturas lejanas, también los escritores de este movimiento se caracterizaban por su deseo de ser cosmopolitas y trascender la realidad en la cual vivían, esto los llevo a tomar imágenes tomadas de culturas exóticas, europeas, de Oriente o pertenecientes a otras épocas. 

Para expresar sus preocupaciones y sentimientos, los modernistas recurrieron a una renovación formal y estilística, en la que eran frecuentes los símbolos, los giros complejos con palabras de gran sonoridad o la laberíntica combinación de las rimas de un amplio vocabulario metafórico, integrado por un amplio vocabulario metafórico, integrado por flores (loto, crisantemo, nenúfar), animales (cisne, ibis, cóndor), piedras preciosas, colores, ciudades exóticas y abundantes referencias a otras artes. 

Así, pues se pueden establecer los siguientes rasgos del Modernismo: 

¨ Amplia libertad creadora. 

¨ Sentido aristocrático del arte. Rechazo de la vulgaridad. 

¨ Perfección formal. 

¨ Cosmopolitismo: el poeta es ciudadano del mundo, está por encima de la realidad cotidiana ¨ Actitud abierta hacia todo lo nuevo. 

¨ Correspondencia de las artes (aproximación de la literatura hacia la pintura, la música, la escultura). 

¨ Gusto por los temas exquisitos, pintorescos, decorativos y exóticos. Se constituyen como temas la mitología, la Grecia antigua, el Oriente, la Edad Media, etc. 

¨ Práctica del impresionismo descriptivo (descripción de las impresiones que causan las cosas y no las cosas mismas). 

¨ Renovación de los recursos expresivos: supresión de vocablos gastados por el uso; inclusión de vocablos musicales y de uso poco frecuente; simplificación de la sintaxis; aprovechamiento de las imágenes visuales; etc. 

¨ Renovación de la versificación: se le dio flexibilidad al soneto. Se prefirieron la versificación irregular, el verso libre y la libertad estrófica, que dio a la silva variedades desconocidas 

El Criollismo 

La palabra criollo es una palabra frecuente en tu vocabulario. Si has nacido en Venezuela, sueles alardear de “criollo”. Si hablas con ciertos términos, defiendes tu lenguaje porque es “criollo” 

¿Qué hay detrás de esa palabra? ¿Qué se entiende en literatura por “criollismo”? 

a) Por “criollo” se entendía en tiempos de la Colonia el hijo de españoles nacido en una nación americana, arraigado en ella y convertido en parte de ella. 

Sobre esta base, la Independencia fue fruto de gente criolla. La sangre española injertada en América es la que se independiza. Abandona la fuente porque ella misma se ha convertido en manantial autónomo y con su propia riqueza humana quiere realizar su propia historia. Es una emancipación filial perfectamente válida, que obedece a la ley de la vida. 

b) Por “criollismo en cultura” has de entender aquellas manifestaciones culturales de Hispanoamérica donde se expresa lo autóctono en forma típica. El criollismo cultural es intransferible, pues lleva un sello americano y regional. 

Lógicamente que el “criollismo” es un fenómeno general de la América de fines del siglo XIX y primeras décadas del XX. Pero ese fenómeno común tiene siempre su apellido: venezolano, colombiano, chileno, peruano… 

No puede ser de otra manera, pues el “criollismo” sólo queda configurado por notas típicas y localistas. 

c) Por “criollismo” en literatura has de entender aquella corriente literaria americana que trata de expresar lo autóctono tanto en los temas como en el lenguaje con que ofrece esos temas. 

Francisco Lazo Martí (1869-1909) 

Francisco Lazo Martí  
Lazo Martí cursó estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela y ejerció su profesión particularmente en los llanos de Guárico y Barinas. Contrajo matrimonio dos veces. la primera con la novia de su infancia, Panchita Rodríguez, con quien tuvo tres hijos, pero quien murió tempranamente, y posteriormente se casó con Vetulia Velasco. 

Lazo Martí compartió su actividad de médico con la política. Sus actividades profesionales y políticas nunca coartaron su cualidad de poeta, autor de textos magistrales como la Silva Criolla. 

Tomó parte en la Revolución “legalista”, que capitaneó el general Joaquín Crespo contra Raimundo Anduela Palacios. En San Fernando de Apure fundó un periódico que denominó El Legalista. Posteriormente dirigió el periódico El Voto Decreto en apoyo al líder Ignacio Andrade. Tomó parte en la revolución “La Libertadora”, comandada por Manuel Antonio Matos contra el régimen de Cipriano Castro. Pero dentro de estos azares no dejó de escribir, siendo un colaborador consecuente de la revista El Cojo Ilustrado, que fundó y dirigió en Caracas Jesús María Herrera Irigoyen. 

Por su poema Silva Criolla, Lazo Martí será considerado en Venezuela como el más alto representante del nativismo poético en este país. 

Es el mayor poema nativista dentro de la vasta temática que el paisajismo cuenta en el país, aunque en Venezuela se han escrito grandes cantos cuando se relaciona la poesía con el llano surge al momento la Silva Criolla. No porque otros poetas no hayan cantado a la llanura; sino porque la subjetividad y la objetividad de la llanura y su universo múltiple con sus anchurosos ríos, con sus poéticos esteros matizados por los garceros, el bramido del toro y el canto material del becerro que sueña con la ubre llena, son expresión plena en el verso de Lazo. 

Así, leer la Silva Criolla es sentir una invitación de conocer, de palpar la llanura en su regocijo, cuando entra la estación lluviosa en que se multiplican los misteriosos sonidos de la llanura en su plenitud nocturna y el titilar de Orión apunta en su totalidad sideral. Canta en su poesía a la totalidad de llanura en cada estación, aquella en que el sol está en su plenitud o cuando el firmamento se oscurece porque llegaron las lluvias.